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La escasez de agua en Guatemala.

Entrevista a Gerardo Paíz, ecologista del Colectivo Madre Selva

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Desde hace varios años, las y los integrantes de las organizaciones acompañadas nos comparten su creciente preocupación por la falta de agua en sus comunidades. Para abordar este tema, a finales de febrero organizamos un cine foro sobre la crisis climática y la escasez de agua. Una de las personas participantes fue Gerardo Paíz, ecologista del Colectivo Madre Selva, quien nos compartió su valoración en torno a esta temática.

 

¿Qué condiciones geográficas y geológicas hacen de Guatemala un territorio vulnerable?

Centro América es un istmo rodeado por dos grandes masas de agua, al norte el océano Atlántico y al sur el océano Pacífico. Esto hace que las condiciones sean muy similares a las que se dan en una isla. El istmo tiene condiciones muy variables que van desde el exceso de humedad hasta sequías significativas. Esto se agrava con el proceso del cambio climático que afecta a todo el planeta. Por ejemplo, el fenómeno climático El Niño, cambia los periodos de humedad en toda la región.

A esto hay que sumarle que aproximadamente el 90% de las corrientes subterráneas y superficiales de Guatemala están contaminadas, por lo que tenemos un alto riesgo de enfermarnos si consumimos este agua. Se estima que para el año 2025 (dentro de 5 años), en Guatemala va a haber un déficit de más o menos 200 millones de metros cúbicos de agua.

 

¿Cuáles son las causas de la escasez de agua en Guatemala?

Existen varias causas, una es la destrucción de los ecosistemas naturales. Al país solo le queda una tercera parte de la cobertura natural de bosques, pues dos terceras partes han sido destruidas y transformadas para otros usos que tienen un efecto directo sobre el agua. Algunos de estos usos son: la generación de energía eléctrica, la industria, la ganadería y el acaparamiento de los ríos.

Otra de las causas es el crecimiento poblacional. Guatemala es el segundo país de América Latina con mayor densidad de población, 159 habitantes por km2. La población se duplica cada 20-25 años, lo que significa que dentro de 25 años la densidad poblacional superará los 300 habitantes por km².

El agua es un bien natural que necesitamos para vivir. Cuando hablamos del agua como recurso natural le estamos dando una connotación de negocio. Pero el agua no es un recurso, es un bien finito y escaso que tenemos que cuidar. Las formas de producción y consumo humano, así como la liberación de los desechos a la naturaleza, están contribuyendo a la contaminación y escasez del agua.

 

¿En qué momento empezaste a ser consciente de los cambios en el medio ambiente?

Durante los últimos años del conflicto armado yo era estudiante universitario. Entonces caminábamos por las montañas en giras de estudio, pasábamos por bosques y ríos, íbamos entre charcos y tomábamos agua apta para el consumo humano. Con la firma de la paz hubo un cambio total. Se empezaron a mejorar los caminos de acceso a las comunidades y empezó a aparecer la basura y a darse la destrucción de los bosques. Los primeros 5 años después de firmada la paz se dio un gran cambio y, lamentablemente, no fue para bien. Iniciaron diversidad de actividades extractivas que tienen efectos negativos sobre al agua, aunque no se quiera ver.

 

¿Es importante tener una ley de agua? ¿Por qué?

Tuve la oportunidad de estar en la Marcha del Agua en 2016. Fue un movimiento grande y, en ese momento, se produjo una gran discusión en el país sobre la necesidad de un ley de aguas. Hasta ese momento se habían elaborado como 27 versiones de esta ley, pues cada grupo hacía la suya. Gracias a la oportunidad que he tenido de trabajar en diferentes comunidades de Guatemala, he comprobado que el agua se administra, de una u otra manera la administración de este bien ya existe. El trabajo que se tiene que hacer es recoger todas esas experiencias y tratar de llevarlas a un documento que permita, principalmente, poner en valor el acceso al agua como prioridad social.

El agua no es un bien que se pueda privatizar, es un derecho humano. Negarle el agua a alguien es negarle el derecho a la vida, negarle la salud. Sin agua no podemos vivir, no podemos tener calidad de vida. Entonces lo que nos tenemos que preguntar cada uno y una de nosotras es ¿qué hacemos por el agua?, ¿cómo la estamos tratando? Yo veo que en muchos lugares, principalmente aquí en la ciudad, en las zonas donde hay acceso al agua, la gente sigue usando las mangueras indiscriminadamente para, por ejemplo, lavar vehículos, y no imaginan que en otros lugares del país la gente está pasando penas por no tener acceso al agua.

El agua no es un tema que le compete únicamente a una institución. Nos compete a toda la sociedad, no podemos esperar que el alcalde, el diputado o el ministro resuelva el problema. Tenemos que empezar a buscar la solución nosotras como personas, porque todas y todos necesitamos agua. Necesitamos más formación; vivimos en una sociedad que no sabe de dónde viene, cuál es su ciclo, por qué es importante cuidarla. Lo tenemos que aprender e inculcar este conocimiento a todas las personas desde que son niños y niñas. Es un tema de vida, defender el agua es defender la vida.

 

¿Cuál es la situación de las cuencas, ríos y lagos de Guatemala?

Guatemala tiene 38 cuencas hidrográficas. La cuenca del río Motagua, conjuntamente con la del río María Linda, son las más contaminadas debido a que dentro de su territorio drenan las aguas de la Ciudad de Guatemala y vierten los desechos sin darles un tratamiento efectivo para su descomposición. El río Las Vacas y el río Pixcayá son dos subcuencas de la cuenca del río Motagua. La mitad de la población de la ciudad de Guatemala drena todos sus desechos hacia el norte, al río Motagua. La otra mitad se va hacia el sur, al río María Linda, que va al lago Amatitlán. Esto tenemos que saberlo, porque lo que sucede dentro de una cuenca nos afecta a toda la población.

El río Las Vacas es una subcuenca del río Plátanos y tiene 3 corrientes altamente contaminadas, una de ellas es el río Chinautla, que nace en el relleno sanitario de la zona 3 capitalina, y ese basurero va constante durante 12 kilómetros y llega hasta la población poqomam de Santa Cruz Chinautla. Esta gente vive entre la basura que genera la población capitalina. Casi todas las corrientes de agua de Guatemala se usan como basureros, como desagües. Cualquier quebrada del país está llena de bolsas, empaques, botellas plásticas, todo tirado, esperando que llueva y eso se lo lleve el río para que termine en el mar o quede por el camino, depositado en alguna comunidad.

En cuanto a los lagos del país, Atitlán está seriamente contaminado con la cianobacteria; mucha gente ya no se anima a nadar o usar ese agua. Al Lago de Izabal llega toda la contaminación de los ríos Polochic y Cahabón, este último trae la basura desde Cobán. A eso le sumamos el riesgo de la agroindustria de palma africana, que está asentada en la parte sur, y la gran concesión minera, el proyecto Fénix, que está en el norte y que hasta la fecha ha generado una gran conflictividad social. El único lago que podríamos decir que está en unas condiciones más o menos buenas es el lago Petén Itzá, aunque no todo el lago, porque la parte donde está la Isla de Flores ya está contaminada.

 

En las ciudades, en la época de lluvia ¿se recargan los pozos de agua?

En ciudades como Guatemala, cada vez está creciendo más la mancha de cemento que impermeabiliza la tierra y no permite la adecuada filtración del agua. Por ello, los pozos no garantizan que se pueda almacenar agua para todo el año. Esto también está pasando en las cabeceras departamentales y municipales, y tiene un efecto directo sobre el agua subterránea, por eso los pozos cada vez hay que buscarlos a mayor profundidad.

Las diferentes poblaciones están entrando a competir por el agua. Es triste ver que la municipalidad, en lugar de estar buscando cómo mejorar el ingreso de agua para realimentar los pozos en época lluviosa, está promoviendo que crezca más la ciudad, sin regular la impermeabilización o empezar a transformar calles con otro tipo de materiales como el adoquín o algo que permita la filtración de agua. La perforación de un pozo no tendría un mal resultado si tuviera sistema de infiltración natural, pero eso no se está haciendo. Acá en las ciudades únicamente se está tratando de sacar el agua que hay, pero no se está asegurando que ese pozo vuelva a alimentarse durante la época de lluvia.

 

¿Qué hace falta para conservar el agua?

Es importante la restauración de los sistemas naturales que garanticen la vida, porque el agua necesita un nicho donde estar y existir. En época lluviosa, cuando tenemos un buen invierno, mucha de esa agua sigue de largo hacia el mar, no se logra infiltrar, y no solamente el agua, sino que los suelos del país también se están yendo, porque nuestro territorio está destruido. Entonces lo primero es la restauración de nuestros ecosistemas naturales, y para ello necesitamos un cambio en el modelo de producir, construir y desechar.

Tenemos que trabajar fuertemente en el saneamiento de las fuentes de agua. Es necesario poner plantas de saneamiento, pero también hay que tomar otras acciones a corto plazo. Tenemos que crear reservas de agua estratégicas, porque ahora los periodos de lluvia en Guatemala no son tan constantes como antes. A veces hay periodos de lluvias esporádicas y después deja de llover, entonces tenemos que ver de qué manera, usando la topografía del país, se puede empezar a poner barreras para que el agua se vaya quedando como en pequeños diques en las comunidades, que las lluvias se vayan captando y puedan estar disponibles para la gente.

Nosotros tuvimos la oportunidad de construir un pequeño dique en la aldea Guayabillas, en el municipio de Jocotán, donde la escasez de agua es muy grande. Lo que hicimos fue represar una pequeña corriente de agua y ahora tienen su pequeña laguna. Están recolectando el agua de las pocas lluvias que están cayendo. Se necesita un poco de ingenio para que haya disponibilidad de agua. No solo acarrear agua en tinajas o en láminas, porque se queda muy corta para cubrir las necesidades humanas.

Finalmente, todas las autoridades gubernamentales, los tres poderes del Estado, deben hacer valer lo que dice la Constitución de la República, que el agua es un bien social y por tanto no se pueda privatizar, sino que tiene que estar en función de las necesidades sociales. Como dice el artículo 2 de la Constitución, el Estado de Guatemala se organiza para defender la vida, y defender la vida va vinculado directamente con defender el agua. Pero también nosotras y nosotros, como sociedad, tenemos que desarrollar y proponer acciones encaminadas a favorecer a la población actual y a las futuras generaciones.

 

El 26 de febrero PBI Guatemala organizó el Cine-foro “Crisis climática y escasez de agua”, el cual se llevó a cabo en la Casa de Cervantes. Fue moderado por la periodista Norma Sancir y se contó con la participación de Isabel Matzir y Gerardo Paíz. La actividad fue transmitida en directo en el Facebook de PBI Guatemala. La entrevista aquí reproducida fue tomada de la actividad y editada, en conjunto con Gerado Paíz, para adaptarla a la lectura.