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Red Nacional por la Defensa de la Soberanía Alimentaria REDSAG

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La Red Nacional por la Defensa de la Soberanía Alimentaria REDSAG está presente en las 6 regiones de Guatemala: Petén, Alta Verapaz, Baja Verapaz, Oriente, Centro, Sur y Occidente.


Área de trabajo y derechos defendidos

La Red Nacional por la Defensa de la Soberanía Alimentaria es un espacio que articula organizaciones, grupos y movimientos sociales y populares que inciden por la defensa y construcción de la Soberanía Alimentaria. Surgió en octubre de 2004, después de un proceso de interacción entre diversas organizaciones sociales que coinciden con sus planteamientos para la defensa y reconstrucción de la soberanía alimentaria y consideran necesaria la existencia de una Red de organizaciones que defienda los derechos de la población vulnerable. Desde la REDSAG trabajan temas de tierra y territorio, agua, semillas, etc. y desarrollan propuestas y acciones políticas, estratégicas y operativas, con pertinencia cultural y equidad de género para la defensa y construcción de la Biodiversidad y la Soberanía Alimentaria de los pueblos originarios.

 

Descripción del caso

PBI acompaña a integrantes del Consejo Político de la REDSAG desde septiembre de 2025, en particular a José Miguel Sánchez López de la comunidad Pajales Sis de San Andrés Villa Seca, Retalhuleu, y a las hermanas Carmelina y Estela Chocooj de la Comunidad Soledad Sayaxut en Cobán, Alta Verapaz, respectivamente.

La comunidad Pajales Sis, en el municipio de San Andrés Villa Seca, Retalhuleu, se encuentra entre los ingenios azucareros El Pilar y Tululá. José Miguel Sánchez López, COCODE de Pajales Sis, denuncia desde hace años las consecuencias de las malas prácticas de ambos ingenios y cómo están afectado a la vida de los comunitarios y comunitarias. Esto lo ha llevado a sufrir criminalización por parte de los ingenios. Por un lado, la comunidad denuncia que un canal abierto que lleva las aguas contaminadas con los desechos de los dos ingenios va a parar al río Sis que pasa por la comunidad e impregna la zona de un fuerte y desagradable olor. Por otro, denuncia el inmanente colapso de los gaviones -muros de contención del río- construidos por el ingenio El Pilar para desviar el río que inundaría a la zona y haría desaparecer parte de la comunidad. “Nuestra comunidad se ha quedado en medio del ingenio El Pilar y del ingenio Tululá, que en el verano desvían el agua del río Sis a través de diques y la acaparan para regar sus cultivos de caña. Las familias ya no contamos con el agua del río y sólo tenemos acceso a agua entubada durante una hora al día. Además, la contaminación del agua por los desechos de los ingenios impacta en nuestra salud y sufrimos de enfermedades de la piel y otras enfermedades derivadas, como el dengue”, explica.

En la actualidad la comunidad tiene dos procesos judiciales abiertos: uno civil en contra del ingenio El Pilar por el mal estado de los gaviones que hoy en día provocan graves riesgos de inundación; y uno penal por la contaminación del río con agro-tóxicos de El Pilar. Como consecuencia de este último proceso, los comunitarios han recibido amenazas y difamaciones, particularmente José Miguel Sánchez.

Por otro lado, la Comunidad Soledad Sayaxut, en Cobán, Alta Verapaz, se encuentra en un proceso de legalización de tierras con el Instituto Nacional de Transformación Agraria (INTA) en el municipio de San Pedro Carchá. En 1994, el INTA extravió los títulos de propiedad y si bien desde ese momento las comunidades intentaron volver a asentarse en sus tierras ancestrales, fueron criminalizadas ya que tienen un conflicto con la familia de terratenientes Sam Aldana, que forma parte de la Asociación por la Defensa de la Propiedad Privada. Carmelina Chocooj -quien fue parte de la junta política de la REDSAG- y su hermana Estela fueron criminalizadas y enfrentan un proceso judicial tras ser acusadas de perturbación de la posesión. Ambas sufren acoso psicológico y amenazas por parte de la familia querellante y temen ser encarceladas. Si bien el proceso judicial ya ha comenzado, las audiencias son suspendidas constantemente, generando un desgaste emocional y secuelas físicas.