A pesar de la complicada situación en la que se encuentran muchas comunidades en el Estor, Izabal, la cual se ha agudizado debido a la pandemia mundial y a las medidas tomadas por el Gobierno para afrontarla, una vez más la fuerza y resiliencia de las mujeres emerge como pieza clave para la sobrevivencia de los pueblos.
Angélica Choc, integrante de la Red de Sanadoras, nos comparte cómo tras los primeros momentos de estrés y tensión, ella y su familia optaron por cuidarse a través de la medicina y los alimentos naturales. Esta ha sido su estrategia frente a la ausencia de las ayudas prometidas por el Estado, el aumento de precios de la canasta básica, el aislamiento total de las comunidades y la sequía en la región. Mantienen la huerta familiar con consciencia, sembrando, cultivando y cosechando. Expresa que cómo mujer y defensora no le quedó otra que levantarse y seguir luchando en la defensa de la vida, la naturaleza y el camino de la sanación con medicinal natural. Para ella este conocimiento, este saber, es la única forma para sobrevivir en los tiempos actuales, por lo que desea compartirlo con todas las personas de su comunidad. Angélica comparte sus semillas y su energía, poniendo especial atención en las mujeres y proponiendo espacios de construcción colectiva, donde en grupos de cinco mujeres - para respetar las medidas del gobierno - puedan encontrarse y cultivar juntas huertos que les den la vida. Para ella esta es una forma de compartir y sanar, pues además le preocupa el posible aumento de la violencia patriarcal intrafamiliar en la región, aunque no haya denuncias por el momento.
A pesar de estas muestras de fortaleza y creatividad colectiva para hacer frente a la pandemia y a todas las dificultades que esta situación está provocando, las dinámicas propias del sistema extractivista actual les siguen oprimiendo. Señala que la principal preocupación con la que se encuentran ahora es la de encontrar semillas orgánicas accesibles, pues los precios están alrededor de Q35 por semilla. En su región hay sequía y cultivar no es fácil. En su tierra crecen sandías, bananos, repollos, pepinos, acelgas. Necesitan apoyo para conseguir semillas.